LA VIDA ES ESCALAR. EL RESTO ES LO QUE NOS PASA ENTRE VÍA Y VÍA

miércoles, 12 de febrero de 2014

SEGUNDA PARTE DE LA CUARTA PARTE, VII. Anexo 1.a

Como os dije la semana pasada, aquí va el relato del asegurador:

Es un sitio como este fue el accidente, con sus rocas, sus árboles y sus cosas de campo.


Accidente en Benaocaz. Sierra de Grazalema. Cádiz.

Fecha: 24-11-2012
Lugar: Benaocaz.
Edad escalador: 38
Tiempo de práctica escalador: 20 años.
Edad asegurador: 39
Tiempo de práctica asegurador: 15 años.

Descripción de los hechos: después de hacer un par de vías en la sección derecha del sector, nos dirigimos a la parte central, justo antes de la zona con desplome. En una placa inicialmente tumbada, se abren dos vías que luego se complican más arriba. La sección inicial es un trepadero, algo descompuesto a la derecha, por donde la vía no pasa...

La hago yo de primero. Recuerdo tierra mojada de las lluvias de los días anteriores. La roca estaba bien, adherente, aunque con zonas de tierra y roca. Conforme escalo procuro no salirme de la línea de la vía hacia la derecha, ya que es la parte más rara. Tiro arriba y fuera.

Mi compañero se piensa si hacerla de primero o de segundo. Le explico un poco la parte de arriba, un 6b con un diedro a izquierda y una placa en medio... y decide darle de primero.

Él no lleva casco. Yo si lo llevo (asegurando y escalando). Me acerco a la pared y le aseguro de pie. Conforme va subiendo me alejo un par de metros de la pared

Comienza la sección tumbada y a unos 9 o 10 metros del suelo, mi compañero grita y se trae literalmente en la mano el bloque sobre el que estaba subido... tamaño bastante grande. Digo subido porque no es que lo cogiese con una mano y se le fuese el canto, sino que estaba con las manos sobre la arista superior y los pies en el mismo bloque.

Este bloque se encontraba un poco (sólo un poco) a la derecha de la vía. No puede considerarse que estuviese “fuera de la vía”.

La última chapa estaba a unos 3 metros por debajo. Yo peso 60 kg, él creo que andará cerca de los 75. Al caer, su peso y la caída me impulsan con fuerza contra la pared y en esos segundos veo como él rebota por toda la pared y cómo el peñasco se desmorona en un montón de trozos, algunos más grandes que otros. Los más grandes quedaron del tamaño de una cabeza.

No llega al suelo, se queda a poco más de 3 metros pero bastante conmocionado con los golpes. Me asusto porque esta colgado sobre la cuerda (tipo el grito de piedra) y hace intentos de incorporarse pero no puede. Yo me he dado un golpe en el pie derecho contra la pared y mi casco ha volado (¿? supongo que no estaría bien puesto el barbuquejo o como se llame eso). Miro atrás donde estaba asegurándole y está lleno de piedras del peñasco que se trajo de la pared.

Le pregunto cómo está; tarda en recuperar la cabeza y lo bajo. Se ha dado un golpe fuerte en el pie (izquierdo creo). Por lo demás, poco más. Aunque la cuerda tiene un bocado muy feo a unos dos metros del nudo de encordamiento. Entiendo que fue la caída del peñasco la que hizo la mella en la cuerda.

Al final fue un susto, pero nos quedamos fríos del susto, aparte de las mínimas lesiones que nos llevamos a casa.

El pie de vía es estupendo para ponerse a ver, charlar o lo que sea. Fue una suerte que sólo estuviésemos los dos escalando, porque si llega a haber alguien abajo se lleva la piedra fijo. Y podríamos haber salido de allí de otra forma muy distinta...

Posibles causas: para mí, la principal causa es no haber sabido leer la vía, en el sentido de que estaba claro que hay una sección un poco más descompuesta, además de fácil. Nos metimos en ella cuando días antes había estado lloviendo (varios días seguidos) con lo que eso implica para la roca y las zonas menos compactas. Y quizás en esas condiciones habría que tantear un poco la calidad de la roca por donde vas a pasar

Consecuencias: por mi parte un golpe en el tobillo que no tuvo más consecuencias. Para el escalador, un esguince y alguna otra cosa más.

Cómo evitar esto: aumentando la prudencia en situaciones en las que la roca pueda dar sorpresas, como zonas más descompuestas o menos compactas, tras lluvias abundantes, etc.
También habría que dar un toque de atención a los equipadores, para que sean conscientes de que la vía no es únicamente poner chapas, sino que el trabajo de limpieza y retirada de posibles bloques también forma parte del equipamiento.
Semanas más tarde me encontré con algunos de los equipadores de la zona y tras contarles la historia la respuesta fue, poco más o menos que: “unas veces les toca a unos y otras veces a otros”.

Tócate los huevos con la respuesta.

Sin más, que hoy no tengo ganas de escribir. Que me dijeron el otro día que alguien iba a publicar un libro con una recopilación de accidentes de escalada deportiva, y acabo de leer en Internet que ya ha salido el libro. Y por lo que cuenta el hombre, es lo mismo que lo que yo estaba haciendo. Ma cortao tol rollo, caniho.
Y ahora no sé si seguir con esto o volver a escribir guiones para pelis porno. En fin, me voy a echar una siesta, a ver si me aclaro un poco.

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