LA VIDA ES ESCALAR. EL RESTO ES LO QUE NOS PASA ENTRE VÍA Y VÍA

jueves, 6 de febrero de 2014

PRIMERA PARTE DE LA CUARTA PARTE

Otro clásico: rotura de un canto y el consiguiente vuelo. 
A diferencia del primer accidente que publicamos (qué pasa Curro, aquí también somos mogollón de gente...), este es escalando y no en un trepadero de acceso a la vía.

Lo que pasa es que en cuanto a rotura de cantos, hay una gran diferencia entre romper una regleta de primera falange con la chapa en la cara, o traerte un bloque del tamaño de una lavadora con la última chapa a tomar por culo. Este accidente es del segundo tipo.

En esta ocasión, tenemos la oportunidad de conocer los hechos desde dos puntos de vista: el del escalador y el del asegurador. En primer lugar, vamos a leer cómo lo cuenta el escalador. En el próximo post, veremos cómo lo vivió el asegurador. Lo mismo ni coinciden.

El texto está tal cual me lo han mandado ellos. Tan sólo he eliminado el nombre de los escaladores y el del sector, porque tengo entendido que no está permitido escalar allí y es mejor no darle mucha publicidad. Creo que a esos sitios, algunos los llaman Secretivos. Pero eso, como diría mi amigo y futuro Psicólogo Kapote, es un tema.

Accidente en Benaocaz. Sierra de Grazalema. Cádiz.

Fecha: 24-11-2012
Lugar: Benaocaz.
Edad escalador: 38
Tiempo de práctica escalador: 20 años.
Edad asegurador: 39
Tiempo de práctica asegurador: 15 años.

Descripción de los hechos: el primer escalador prueba la vía, va sacando todos los pasos, hasta que se detiene en el paso de la vía. Justo por encima del bloque desprendido. De hecho se posiciona sobre el bloque para intentar superar esta parte del muro. Lo consigue y finaliza la vía.
Y luego habrá gente que se apunte la vía a vista

Se procede al intercambio de posiciones y el asegurador pasa a escalar y desmontar la vía. Aunque la vía discurre a lo largo de un diedro, tiene dos partes diferenciadas.

La primera parte es un plano tumbado, muy fácil de escalar sin apoyo en el diedro, con una serie de chapas muy alejadas entre sí. La segunda, es una parte de muro vertical, que termina en salida de techo con posición abierta a diedro. Con chapas más cercanas entre sí. De hecho la dificultad de la vía recae en esta segunda parte.

Cuando el segundo escalador grapa la tercera o cuarta chapa, deja atrás el plano tumbado y empieza la parte más vertical, en este tramo percibe lo que parece una barriga-laja con cantos laterales de mano derecha muy buenos, que culminan en cazos superiores horizontales.

Al intentar superar la especie de barriga-laja, traccionando de manos en los cazos superiores, y subiendo la pierna izquierda para superar esta laja, se desprende.

Percibo una sensación extraña, ya que aunque yo estoy haciendo fuerza para subir, veo como la pared se aleja de mí. Lo siguiente que hago es mirar a la izquierda y veo como la piedra a la cual estoy agarrado se desprende de la pared, a su izquierda se desprenden dos bloques más.
En ese instante pienso que un bloque tan grande me puede aplastar y me lanzo a la derecha. Hago un vuelo de unos dos o tres metros hasta que impacto con el pie izquierdo, sobre la piedra y un árbol que hay a la derecha.
Mientras tengo la sensación de que a mi espalda ha ido cayendo un bloque a mi vez. La siguiente sensación es que algo tira de mi hacia la izquierda, me vuelca y golpeo con cabeza y espalda contra la pared. Puedo llegar a ver el suelo, ya que mi cuerpo está de cara al mismo. Vuelvo a girar: golpe de codo y rodilla, y caigo otros dos metros en postura horizontal, mientras veo que el bloque ya se ha roto en varios pedazos que caen abajo.
No logro ver al asegurador, ya que con mi vuelo, lo he arrastrado contra la pared, y esta encajonado en el diedro. Si veo como las piedras le pasan por encima.
Cuando al fin la cuerda me ha parado la caída, no puedo respirar bien, ya que el golpe en la espalda me ha entrecortado la respiración. Pienso en no perder la consciencia por el golpe en la cabeza, e intento comunicarme con el asegurador. Al cual le hago gestos para que me baje.

Me pide que me estabilice, e intente incorporarme. Me baja cuando la situación parece que se ha calmado, y puedo hablarle mejor. Ya en el suelo, cada uno reacciona de forma diferente, a mi me da un ataque de risa y él esta como bloqueado.

No puedo ponerme de pie, ya que el tobillo no lo siento, ni me responde. El sufre un fuerte impacto en la rodilla. Y las demás escaladoras se acercan a ver qué ha pasado, ya que han escuchado el estruendo.

Con el transcurso de los minutos, vamos examinando lo que ha ocurrido, el estado de la cuerda (que ha recibido  un corte por la piedra en la camisa), y los trozos de piedras caídos.

La caliza esta reblandecida, muy porosa y muy húmeda. Las lluvias fueron hace días. En la pared se observa una gran mancha de tierra en la posición de la piedra.

Con otro asegurador distinto, el primer escalador pasa a desmontar la vía, y nos vamos. No llamamos a Guardia Civil, ya que en principio podía salir por mis propios medios.

La suerte que tuvimos fue la suma de varios factores, la vía discurría por un diedro en diagonal a la derecha, con lo que el desprendimiento, cayó a la derecha y por encima del asegurador. No había espectadores. No había chapas en el bloque desprendido, que hubieran podido romper la cuerda, o arrastrado al suelo, con consecuencias mortales.

En la foto anterior a la caída se puede observar de lejos, como en realidad era una laja con una fisura, a través de la cual entro agua entre la piedra y la pared a la cual estaba soldada.

Posibles causas: reblandecimiento de la piedra caliza por efecto de las lluvias, hinchamiento y expansión del material arenoso acumulado de la grieta y posible efecto cuña de raíces de plantas.

Consecuencias: ruptura y desprendimiento del bloque de piedra, cuando sufrió una tracción por parte del escalador. Afortunadamente sin víctimas mortales, solo una luxación de tobillo, y politraumatismos por el cuerpo.

Cómo evitar esto: es difícil de buscar un remedio en la dinámica erosiva de las rocas. Pero por  rascar, el equipador debería de haber comprobado el estado de cohesión del bloque a la pared, al equipar la vía, y haberlo quitado. Limpieza más exhaustiva de la pared.

Desde mi punto de vista, y si ambos coinciden en que no se salieron de la vía (entendiendo por vía un espacio ra-zo-na-ble a ambos lados de la chapa), quizás en este caso se podría hablar de la responsabilidad de los equipadores.

Da la casualidad de que yo he escalado en ese sector un par de veces y he de reconocer que apreté el ojopatio como nunca en varias ocasiones para evitar derrames, por cómo y dónde estaban colocados algunos seguros. La impresión que me llevé es que ciertas vías tenían chapas que digamos, podrían mejorar su colocación.

Además está el tema de la limpieza. Como he escuchado muchas veces, equipar no es sólo poner chapas. Limpiar la pared es igual o más importante que colocar correctamente los parabolts. Mucho más en ese tipo de roca, con multitud de fisuras y bloques en apariencia estables. 

A continuación, un ejemplo de dos grandes profesionales del equipamiento y la limpieza en acción. Su lema podría ser: "Si es más pequeño que un coche y se mueve (o no), pa bajo".

Limpieza de las vías Ampthrax y Ébola, en El Chorro

Limpieza de la vía Mar de Fuego, el El Chorro

La experiencia es un grado a la hora de intuir qué cantos pueden partirse, pero la inmensa mayoría de las veces nos pilla desprevenidos, por mucha experiencia que tengamos. Otra razón más para llevar casco tanto asegurando como escalando, y para no ir a ciertos sitios con roca blanda después de las lluvias.

PD: agradecer al accidentado su detallado relato, su léxico impecable, su sintaxis exquisita y el trabajo de hacer y editar la foto para que entendamos mejor el accidente. Lástima que no escale igual que escribe. Sería un Máquina...

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